Por eso te recuerdo el viaje que no hicimos a Samaranda, porque eso sí fue verdadero y nuestro y pleno y vivido. Y por lo tanto sigo con nuestro juego. Como dice el filósofo del que te hablaba, la memoria evoca lo vivido, es precisa, exacta, implacable, pero no produce nada nuevo: ése es su límite. La maginación, en cambio, no puede evocar nada, porque no puede recordar, y ése es su límite: pero en compensación produce algo nuevo, una cosa que antes no existía, que nunca había existido. Por ello, utilizando estas dos facultades que pueden ayudarse mutuamente, estoy aquí para evocarte aquel viaje nuestro a Samarcanda que no hicimos pero que imaginamos hasta en sus más exactos detalles.
Antonio Tabucchi
Libros nunca escritos, viajes nunca hechos
Se ha muerto hoy, en Lisboa, esa ciudad que navega, como diría su amigo Vila Matas.
Algunos hicimos con él un viaje como este a las Azores, nos emborrachamos de gin tonic en el Peter's Bar, en Horta, en la isla de Faial, y escribimos mensajes en ese tablón de anuncios donde los marinos dejan versos para las sirenas. ¿Os acordáis?
Se está haciendo cada ve más tarde (Anagrama, 2002)