martes, 12 de julio de 2016

...y vuelve



Luis Beltrán

¡Tan viejos ya!, amor,

y mira

cómo de pronto

sin aviso

un rizo

de alegría

nos llega del aire

y al cuello de la vida 

que huye

lo lanzamos

y alcance le da el lazo

y la enreda,

y la vida vuelve 

y vuelve

y vuelve...
                                                                           Abusaíd Abuljair

                                                       



Abusaíd Abuljair (Maihané, Jorasán, al noreste del actual Irán, 967-1043). Sabio sufí famoso por sus rubâyât o cuartetas, 
y por haber sido el primero -así lo recoge la tradición sufí- en difundir el samâ', la liturgia musical y de danza sufí
 

La mariposa




Contento, lo que se dice contento,
he estado muchas veces en la vida
pero más que ninguna cuando
me liberaron en Alemania
que me quedé mirando una mariposa
sin ganas de comérmela.

                                                                                              Tonino Guerra

Cuando sea vieja

Cartier Bresson

Cuando sea vieja, vestiré de morado,
con un sombrero rojo que ni haga juego,
ni me quede bien,
y me gastaré el dinero de mi jubilación
en coñac y guantes de verano,
y sandalias de raso.
Y diré que no hay dinero para mantequilla.
Me sentaré en el pavimento
cuando esté cansada
y devoraré muestras de las tiendas
y oprimiré los botones de alarma
y rasparé con mi bastón los barandales de las calles.
Y compensaré la austeridad de mi lejana juventud.
Saldré a caminar bajo la lluvia en zapatillas,
y arrancaré flores de jardines ajenos
y aprenderé a escupir…
Pero, tal vez debiera practicar un poco todo eso desde ahora.
Así la gente que me conoce no se asombrará,
ni se escandalizará al ver que, de pronto,
soy vieja y me empiezo a vestir de morado.

                                                                                                                    Jenny Joseph ( Birmingham, Inglaterra, 1932)

Un arte

Logan Zillmer


El arte de perder se domina fácilmente;
tantas cosas parecen decididas a extraviarse
que su pérdida no es ningún desastre.

Pierde algo cada día. Acepta la angustia
de las llaves perdidas, de las horas derrochadas en vano.
El arte de perder se domina fácilmente.

Después entrénate en perder más lejos, en perder más rápido:
lugares y nombres, los sitios a los que pensabas viajar.
Ninguna de esas pérdidas ocasionará el desastre.

Perdí el reloj de mi madre. Y mira, se me fue
la última o la penúltima de mis tres casas amadas.
El arte de perder se domina fácilmente.

Perdí dos ciudades, dos hermosas ciudades. Y aun más:
algunos reinos que tenía, dos ríos, un continente.
Los extraño, pero no fue un desastre.

Incluso al perderte (la voz bromista, el gesto
que amo) no habré mentido. Es indudable
que el arte de perder se domina fácilmente,
así parezca (¡escríbelo!) un desastre.

                                                                                                                                                                Elizabeth Bishop