Cada día envían a la tierra el mismso mensaje, un mensaje que a los científicos, en la medida que las sondas se alejan, cada vez les resulta más inquietante. Y emocionante.
El mensaje dice: "Esperen lo inesperado".
Voyager 1 |
Los Voyager 1 y 2 nos han enseñado mucho en estos años: los volcanes de Io, la luna de Júpiter, el océano debajo de la superficie congelada de Europa, la lluvia de metano en Titán, una luna de Saturno, los polos magnéticos inclinados de Urano y Neptuno, los geíseres de hielo en Tritón, luna de Nepuno, vientos planetarios que aumentan de intensidad en la medida que se alejan del Sol.
Ahora mismo las Voyager están aún atrapadas al final de la heliosfera, esa especie de burbuja en la que el Sol sujeta todo lo que le pertenece, planetas, satélites, asteroides, naves espaciales... Más allá, un anillo, la heliofunda, y es ahí donde se encuentran las sondas ahora.
Dicen que la heliofunda es un lugar muy extraño lleno de una especie de espuma magnética que ninguna otra nave ha tenido nunca que traspasar, un lugar tan alejado de casa que desde allí el Sol es apenas un minúsculo punto de luz.
Estas dos sondas son nuestros embajadoras en el espacio interestelar. Como ya se sabe, cada una lleva un Disco de Oro que contiene 118 fotografías de la Tierra, 90 minutos de la mejor música del mundo, una grabación de sonidos de la Tierra (lodo burbujeante, ladrido de un perro, el sonido del lanzamiento de una nave espacial); saludos en 55 idiomas, el lenguaje de una ballena; las ondas cerebrales de una mujer enamorada...
Fue Carl Sagan y un equipo elegido por él quienes prepararon estas grabaciones para las civilizaciones extraterrestres que pudieran encontrarse las sondas.
"Dentro de mil millones de años, cuando todo lo que hemos construido en la Tierra se haya convertido en polvo, cuando los continentes hayan cambiado más allá de lo reconocible y nuestra especie haya sido alterada de manera inimaginable o se haya extinguido, los registros que hay a bordo de la navas Voyager hablarán por nosotros", decía Carl Sagan en la introducción de la versión en CD del disco.
La nota de la NASA que informa de dónde están ahora las sondas se pregunta cuántas posibilidades hay de que ocurra ese contacto. Sin duda es difícil, en los próximos 40.000 años las sondas apenas se acercarán a otra estrella.
Pero tampoco había muchas posibildiades de que una raza de primates, dice la nota, evolucionara hasta convertirse en seres tan inteligentes como para desarrollar una nave en la que enviar hacia el cosmos los ladridos de un perro.
Golden record |
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