domingo, 18 de septiembre de 2011

La señora tomará babosas al estilo Louie

Vee Speers
Mi perro... Me lo encontré encima de la mesa del comedor, merodeando en torno al frutero y lamiendo las velas de cera de abeja.
Mi gata es otra cosa... Come de todo, excepto comida. La observo mientras elige un tulipán del jarrón. Cuando traspasa el pétalo con los dientes, la ahuyento batiendo palmas.
Pasan unos segundos y la gata ya está de nuevo al acecho. Se sienta enfrente de la siguiente flor, paladeando ya el pétalo de diez centímetros de un tulipán loro, como si pensase: Ese es el que no debo comerme.
Mi hermano tiene una boa constrictor por mascota. La serpiente padece una deficiencia vitamínica, así que mi hermano se ve obligado a comprar un bote grande de un suplemento energético que viene en polvo. Antes de cada comida, sumerge los ratones vivos en agua y después los mete en el bote. Cierra el bote y lo agita hasta que cada ratón queda recubierto de una capa saludable de vitaminas que van desde la A hasta la E. Acto seguido, le sirve a la serpiente los ratones empolvados.
Cuando mi hermano y yo éramos pequeños, yo mezclaba los huevos revueltos con porquerías. Me madre sacaba la silla trona al porche, lo sentaba en ella y me permitía que le diese de comer. Nada más darse ella la vuelta, dejaba a mi hermano solo y me iba al jardín. Regresaba con un puñado de arena que cogía del seto donde estaban plantados los pensamientos. Con la arena, y con las cosas que vivían en la rena, condimentaba los huevos.
Durante años, en las marisquerías, mi hermano pedía por mí.
-La dama tomará babosas al estilo Louie -le decía al camarero-. Y, por favor, si no es mucha molestia, le gustaría que le sirvieran el panecillo au beurre.
Toda mi vida le he tenido miedo a la leche. Creía que si bebía mucha cantidad, los huesos me crecerían más que la piel y que los dientes no me cabrían en la boca.
Hay un cuento infantil en el que en un momento determinado la niña le hace una pregunta a su madre: "Mamá, ¿qué comen las brujas?". Y la madre le respondía: "Leche, patatas y a ti, mi cielo".

                                                                                                                                           Amy Hempel

2 comentarios:

  1. En este domingo tuyo del 18 de septiembre me ha gustado sobre todo la foto de la nieve, los versos de Martín López-Vega y esta microhistoria de sátira, terror y venganza de las babosas.
    Como otro comentario más envío este poema de Blas de Otero, que encuentro en un marcapáginas de un precioso librito de relatos de Manuel Vazquez Montalbán que me ha dejado un amigo. No sé por qué este poema tiene algo que me recuerda algo de mi propia historia de niño de Usera.

    Cuánto Bilbao en la memoria. Días
    colegiales. Atardeceres grises,
    lluviosos. Reprimidas alegrías,
    furtivo cine, cacahuey, anises.

    Alta terraza, procesión de jueves
    santo, de viernes santo, santo, santo.
    Por Pagasarri las últimas nieves
    y por Archanda helechos hechos llanto.

    Vieja Bilbao, antigua Plaza Nueva,
    Barrencalle Barrena, soportales
    junto al Nervión: mi villa despiadada

    y beata. (La virgen de la Cueva
    que llueva, llueva, llueva). Barrizales
    del alma niña y tierna y destrozada.

    Blas de Otero
    Lejos

    Un beso.
    El Loren.

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  2. Cuánto Usera en la memoria.
    Días estrechos y miedosos y lluvia
    y acacias plagadas de quesillo con pan.
    Y Leonard Cohen, ¿te acuerdas?
    Y Almendrales y aquel cura tan cabrón
    que nos echó del cielo.
    Sí, alma niña y tierna y destrozada.

    Te quiero

    Gloria

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