lunes, 26 de septiembre de 2011
La única palabra de la tierra
Los llamaba
Me decían
habla con el mirto
con sus frutos azules
inténtalo otra vez
y me miraban las gallinas
como si yo fuera un ave perdida cantando el principio del mundo
con el cielo y el mar entre las patas
José
decía mi madre haciendo hincapié
en el primer nombre de mi padre
y yo sentía algo de madera y piedra en mi cuerpo
cierta sombra familiar con algo de álgebra y misterio
Y mi hermano
por favor
por favor
el mundo
es gris
y muy gris en las preguntas
y entra la noche
Yo bajaba la cabeza
y la niebla parecía
la única palabra de la tierra.
David González Lobo
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