“Y vino el cometa: brilló con su núcleo de fuego, y amenazó con la cola. Lo vieron desde el rico palacio y desde la pobre buhardilla; lo vio el gentío que hormiguea en la calle, y el viajero que cruza llanos desiertos y solitarios; y a cada uno inspiraba pensamientos distintos.”
Hans Christian Andersen, El cometa
Hyakutake 1996 |
Viajeros errantes, hielo manchado, pasión de ser, sin mapa, sin brújula, guiados solo de su afán de libertad. Quién sabe si por el deseo de ver los otros mundos, esos que nosotros, polvo de la tierra, ni siquiera imaginamos. Se llenan de luz y atraviesan la oscuridad dejando estelas de sueños. Como algunos amores. |
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