domingo, 16 de octubre de 2011
La línea
Cuando comprendimos que podía ser cáncer,
me tumbé junto a ti en la noche,
la palma de la mano descansando en la hendidura de tu pecho,
el raquis de una hoja. No procedía
hacer el amor: en mis entrañas ese pequeño quiste. En la penunbra
de mi primer ocaso, mi mano sobre la hermosa
falla de tu pecho, valle de
lágrimas,
solo existía el instante, y mientras
dormías en el silencio, te observaba como quien observa
a un recién nacido, consciente siempre del
milagro, lá línea que hemos cruzado
desde la oscuridad.
Sharon Olds- Los muertos y los vivos
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