Tomás Segovia por Cristobal Manuel |
Eso decía, que la vida es un tejido y de ese tejido, en ese contexto, se hacían sus poemas y ahí había que interpretarlos. Una poesía en "contacto con la impura vida de los impuros mortales".
Y era todo de amor mi parloteo
El amor luminoso y sin batallas
No dice su felicidad
La usa.
Los sábados en el Comercial, su sonrisa y esa humildad tan suya que le hacía ruborizarse si alguna universidad lo reconocía. Y su ironía tan cabal. Y su humor. "A este paso me voy a convertir en Vargas Llosa".
Formamos parte una vez de un jurado, y muchas veces hablamos de la posibilidad de que me diera clases, que me enseñara a escribir poesía. "¿Pero cómo voy yo a decir cómo se escribe un poema?"
Tomás Segovia se murió el otro día. Qué interesante foto, esta. Al fondo, las herramientas.
Aquí, otro poema y mi afecto y mi agradecimiento por tantos ratos entrañables, y esa penilla por lo que se va.
Lo que tengo
Siempre me canso de contar
Antes de contemplar el inventario
De todo lo que tengo
Tantos amaneceres y crepúsculos
Y altas noches calladas
Tantos árboles por todo el mundo
Casi todos los pájaros
Tantas delicias para el tacto y para el ojo
Y el oído hasta donde todavía me llega
Para el olfato y el taimado gusto
Y tantas horas para estar despierto
Y otras para soñar dormido
Y tantos días con sus noches
Como el fiel renovarse de las olas
Todo eso tengo y además
La mujer que me tiene.
Tomás Segovia
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