domingo, 27 de mayo de 2012

Nubes, no ves...


Nubes que parecen cosas en un cielo que ha estado cansado todo el día. Nubes archipiélago, nubes solitarias que se deshacen y se mutilan y se alejan. Qué día más poco día.
    Mayo era el mes en el que se me moría mi gente. Trato de pasar por él de puntillas o de llenarlo de palabras. Aunque por qué resistirse a la memoria, si es lo que nos hace.
    Me asomo a la ventana y la tarde parece inofensiva: el olor a heno, las cerecitas ya rojas llamando a los mirlos, las flores temblonas de los tilos como bichos amándose.
    Recuerdo el calor de las ferias del libro en el Retiro, no llegar a tiempo a que me firmara Borges, las tormentas, la multa que pagamos por un beso, ser inocente y llevar solo unas monedas en el bolsillo. 

                                                                                                                                                Gloria

No hay comentarios:

Publicar un comentario