Nubes, no ves...
Nubes que parecen cosas en un cielo que ha estado cansado todo el día. Nubes archipiélago, nubes solitarias que se deshacen y se mutilan y se alejan. Qué día más poco día.
Mayo era el mes en el que se me moría mi gente. Trato de pasar por él de puntillas o de llenarlo de palabras. Aunque por qué resistirse a la memoria, si es lo que nos hace.
Me asomo a la ventana y la tarde parece inofensiva: el olor a heno, las cerecitas ya rojas llamando a los mirlos, las flores temblonas de los tilos como bichos amándose.
Recuerdo el calor de las ferias del libro en el Retiro, no llegar a tiempo a que me firmara Borges, las tormentas, la multa que pagamos por un beso, ser inocente y llevar solo unas monedas en el bolsillo.
Gloria
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