Amor mío: la música siempre será
la misma mientras dure -rumor
de estrellas acordándose
con los verdes de hoja nueva
o rugidos de glaciares
pariendo nuevas fuentes: angustia
o silencio de huevos y placentas
so la furia brutal del sol. Lo nuevo
es el tono imperceptible
con que cada mirlo entona
de rama en rama su propia canción -acorde
con los golpes de los vientos,
de los tiros, los desgarros y los cebos
del aire envenenado. El ave
no tiene mente -su memoria no es la suya;
libre de toda razón humana
ignora la muerte que le aguarda
entre las sombras impasibles
de la extinción de su especie. Su canto
suena -sobre los limos pensantes,
igual que la inocencia primera
inserta en la ficción del tiempo: lleno
de ruido y de furia, tan bello
como inmenso y carente de sentido.
Miguel Veyrat
domingo, 9 de junio de 2013
La libertad del mirlo
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