lunes, 25 de noviembre de 2013
Viejo, ¿está el joven ahí?
Viejo, ¿está el joven ahí?
Bajo la piel, sí, por aquí debajo.
Viejo, ¿en qué barrio?
En la sangre, cretino, en la sangre.
¿Y qué sueña, viejo qué sueña?
Mujeres de fresa y nata.
Si te habla, ¿qué dice?
Ama hasta la medianoche, hasta el alba, hasta que llegue el día.
Oigo su joven tarareo, ¿qué canta?
La vida merece la pena y la mujer es lo máximo.
Viejo, ¿qué está buscando y dónde?
El camino hacia mañana y el umbral de la semana que viene.
Entonces, viejo, ni estás muerto ni enterrado en el barro.
Eso es, al menos, mientras el joven disfrute de un día más aquí.
¿Y no se agobia el joven encerrado en tu piel?
Da vueltas mientras duermo. No le gusta.
Así que camináis como si fueseis uno. Pero tu rostro
muestra a ese joven que escondes en un lugar bien iluminado.
Prisionero y guardián, sombras gemelas que van a dormir juntas.
Cuando amanece, has olvidado que eres viejo.
Estás en plena forma. Y tu antiguo fantasma
es carne marchitada, y la que vistes
es un traje de estreno que pretendes quedarte.
Entonces te despiertas, y te vuelves.
Ray Bradbury
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