lunes, 10 de febrero de 2014
Y retornas
Has cruzado despacio la ciudad.
Por una vez, tú no vas a trabajar
ni a comprar una medicina ni a entregar una carta:
has salido a la calle para estar en la noche.
Tienes suerte esta vez:
toda la noche es tuya y te envuelve
y tú te sientes como si fueras a reunirte con tu madre y piensas
que quizá es bueno existir debajo de las estrellas.
Avanzas en la oscuridad y vas sabiendo que también es bueno ir por las calles
(y escuchar tus pasos
y sentir la noche de los que ya duerme
y comprenderlos como a un solo ser,
como si descansasen del mismo cansancio
todos en el mismo sueño.
Pero avanzas más.
Ahora ves
la pobreza insomne, ves el frío
blanco y carnal, y, finalmente, sientes
que pesa mucho, demasiado,
tu corazón.
Y retornas.
Antonio Gamoneda
Gracias, Paloma, por tu poema diario
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