jueves, 14 de febrero de 2013
...su hueco, también siempre es el día
Dejo de escribir el poema
para doblar la ropa. Da igual quién viva
o quién muera: sigo siendo una mujer.
Siempre tendré mucho que hacer.
Doblo las mangas de su camisa.
Nada puede frenar nuestra ternura.
Volveré al poema. Volveré a ser una mujer.
Pero, por ahora,
tengo una camisa, una camisa gigantesca
entre las manos, y, en algún lugar, una niña pequeña,
al lado de su madre,
la mira para aprender cómo se hace.
Tess Gallager - El puente que cruza la luna
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